Así ha quedado nuestro:
DON QUIJOTE DE MAR:
En un colegio de Roquetas de cuyo nombre no quiero
acordarme, estudiaba un hidalgo llamado Don Quijote de Mar.
Para ir a clase usaba una bici llamada Rocicleta. Tenía un
vecino llamado Sancho Pizza que había llegado nuevo al colegio.
Don Quijote de Mar leía, leía y leía. Ya había leído todos
los libros de caballería de la biblioteca. Todos los recreos, Don Quijote de
Mar y Sancho Pizza iban a la biblioteca para seguir leyendo y aprendiendo sobre
el arte de la caballería. Un día llegaron a la
biblioteca y ¡estaba vacía! ¡No había ni un solo libro! Ni siquiera estaba la
bibliotecaria Dulcinea.
Solo había una carta que decía:
Querido Don Quijote:
"Si quieres todos los libros recuperar,
de la caballería te tendrás que olvidar"
Fdo: Frestón.
Para quien no lo sepa, Frestón era un genio muy poderoso,
que quería que Don Quijote de Mar dejara de luchar contra molinos y gigantes
porque no quería que Don Quijiote acabara chiflao.
Don Quijote y Sancho Pizza se montaron en Rocicleta y se
fueron a buscar a Frestón, que viuvía en el castillo de Santa Ana que estaba en
mitad del mar.
Alquilaron una moto de agua para poder llegar al castillo.
Don Quijote entró sigilosamente sin hacer ruido. Sancho Pizza se quedó
vigilando. Como Don Quijote había leído muchos libros de caballería y
aventuras, sabía por donde empezar a buscar: en un cofre en el fondo del mar. Menos mal, que
también habían alquilado un equipo de buceo.
Devolvieron los libros a la
biblioteca.
Don Quijote y Sancho Pizza prometieron no solo leer libros
de caballería. También libros de risa, música, matemáticas, English...y salir
al patio para jugar con sus amigos y amigas.
Frestón aprendió una buena lección: no coger libros que no
eran suyos, y que leyendo aprendías y podías salir de un buen apuro.
Y
Colorín colorado este Don Quijote de Mar se ha acabado.